Dos películas y una gran enseñanza

Luis Estrella (Fuente externa)

En ocasiones hay acontecimientos que te impactan para toda la vida, por ejemplo, hay dos películas que me han influido de manera significativa, me refiero a los Miserables y a Sorba el griego.

Los miserables es un libro de VIctor Hugo que fue llevado al cine, protagonizada por Liam Neeson. Mientras que Sorba el Griego,  es un clásico, protagonizada por Anthony Quinn, Alan Bates   e Iréne Papa. 

Los miserables trata de un personaje de nombre Jean Valjean, que fue condenado a 20 años de trabajos forzados por robarse un pan para saciar el hambre. Su antagonista y perseguidor de toda la vida, es el inspector de la policía Javert.

A los 19 años Valjean es liberado con libertad condicional, la cual rompe y se desaparece de la localidad, trasladándose a otra región, donde por su capacidad de trabajo termina siendo el dueño de la fábrica que trabajaba. Luego llega a convertirse en el gobernador del pueblo donde residía, con un nombre y una historia creada.

Viljean era muy querido por su sensibilidad, solidaridad y el ser humano que se había convertido. 10 años después llega al pueblo como nuevo jefe de la policía el inspector Javert, quien al poco tiempo lo reconoce, lo que obliga al ex convicto a tener que huir del pueblo, llevándose con él a Cassette, una niña hija de una prostituta que había fallecido.

Viljean antes de marcharse dejó la fábrica de legado a los obreros y pasó al bosque donde había enterrado en una maleta con todo su dinero, que poco antes había sacado del Banco de manera preventiva, por la amenaza que significaba el inspector.

Con su fortuna y una niña de 5 años, logra llegar a Paris, viviendo muchos años como jardinero en un convento y donde Cosette se convierte en una hermosa joven. Deciden salir entonces del convento y se instalan en una casa en una zona céntrica de Paris.

El inspector Javert lo ubica de nuevo y comienza la persecución, lo que hace que se traslade a una nueva vivienda, hasta que ambos se encuentran en medio de una revolución que buscaba la restitución de la República en Francia, dirigida por un joven que se había convertido en el novio de su hija adoptiva Cosette. 

El inspector fue apresado por los insurgentes, quienes se lo entregan a Viljean para que lo fusile. Este en cambio lo lleva a un lugar y le permite escapar, preguntándole antes la razón de porque no lo dejaba vivir en paz.

El inspector reinicia la persecución de Viljean hasta que lo encuentra llevando en brazos al novio de su hija herido, llegando ambos a un acuerdo que le permitiría llevar el herido a su casa y que volvería para que lo apresara. El ex convicto cumple con su palabra y regresa, entonces ocurre lo inesperado, ya que el inspector, recto y psicorigido, se suicida al no perdonarse el haber faltado a las reglas, cuando aceptó ser liberado por quien entendía era un fugitivo.

Que gran enseñanza de esta obra, primero hasta dónde llega un ser humano por seguir las normas y reglas, como lo hizo el inspector Javert y segundo la importancia que tiene, el ahorro, el dinero que le permitió a Viljean escapar y comenzar una nueva vida. Desde que vi esa película me vida cambio completamente en cuanto a la visión financiera. 

La otra película llamada Sorba el griego, trata de un ser humano de carácter muy rígido, un ingeniero que se había propuesto realizar un puente que uniera dos sectores. En ese proceso llega al pueblo Sorba, un griego con una visión de bohemio y existencialista, que sólo se preocupaba por vivir el momento.

Se hacen grandes amigos, el único que tenía el ingeniero por su estilo de vida centrado en su trabajo. Sorba que su única propiedad era la ropa que llevaba encima, lo alegra con su estilo, enseñándole a bailar y a comenzar a ver la parte alegre de la vida.

 Cuando el ingeniero termina la obra y todo el pueblo se aglomera para ver la prueba, esta termina en un gran fracaso. Años de trabajo se derrumban en un minuto, en principio la frustración comienza a afectar al ingeniero, pero al poco tiempo reacciona y busca a Sorba.

Ambos se van a la orilla del rio y empiezan a bailar y reírse del fracaso, el psicorigido ingeniero había entendido que ante lo inevitable la vida continúa y que hay cosas que no dependen de uno. Así termina la película con una celebración con una botella de vino y un baile en la playa con una música imaginada, de dos amigos con personalidades diferentes, que se unieron para reírse del fracaso.

Ese mensaje me enseñó que la vida no se debe tomar tan en serio, que debemos hacer el esfuerzo para que las cosa funcionen, pero cuando viene el fracaso, lo mejor es reírse de uno mismo. Puedo decir que aprendí mucho de esa obra y sobre todo, de cuánto me ha servido en la vida.

Reconozco que soy muy obsesivo en lo que hago, con eso he tenido que lidiar desde que tengo recuerdos, en principio cuando las cosas no me salían de acuerdo a las expectativas, me frustraba y hasta me deprimía. Desde que vi a Sorba el griego, cuando me pasan esas cosas inesperadas, me remonto a esa escena final y la frustración desaparece.

La vida es algo tan breve y donde a diario ocurren situaciones inesperadas, porque nada es lineal, vamos de los picos a los valles, donde subimos y bajamos constantemente. Si entendemos esto, la ansiedad, la depresión y la decepción desaparecen, dando paso a una paz y tranquilidad que salen del alma, ya que al llegar a conocer nuestra naturaleza, lo que nos ocurra, jamás podrá causarnos ninguna sorpresa. 

Redacción

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