Abinader el más favorecido en el debate

Luis Estrella (Fuente externa)

Después de la celebración del debate o exposición de ideas, entre los candidatos presidenciales, llega la segunda parte del espectáculo, que es la ofensiva en las redes y los medios para crear la percepción de quien fue el ganador. Eso durará un par de días y luego todo vuelve a la normalidad, ya que otros temas dominarán la opinión pública.

En realidad, eso no fue un debate, sino una exposición de la visión del oficialismo y la oposición, sobre los diversos temas que dominan el escenario electoral. El Presidente Abinader defendiendo su obra de gobierno y Leonel- Abel, tratando de demostrar que las cosas no andan bien.

 Por eso hablar de quién ganó el debate es una simple quimera, ya que nadie puede haber ganado, donde cada quien va con una programación preelaborada y estudiada sobre lo va a exponer. Al mismo tiempo el espectador observa las disertaciones, con una construcción mental, con un filtro incrustrado en su cerebro, que no le permite formarse un criterio sustentado en una real independencia ante los hechos.

 Esto hace las cosas muy simples, si nos colocamos como observadores neutrales, lo cual es muy difícil, pero no imposible. Ya que de lo contrario, para los seguidores del PLD ganó Abel, para los de la FP venció Leonel y para los partícipes del primer mandatario, éste fue el gran ganador. Las nuevas encuestas se encargarán de confirmar que todo sigue igual y la Tierra sigue en el mismo lugar.

Cada quien ve las cosas desde su óptica, por lo que quien no entiende esta realidad, sencillamente conoce muy poco sobre el cerebro humano. El cerebro se programa, al punto de llevar las personas al fanatismo, sea religioso, político o de cualquier otra índole, haciendo que actúe obviando los hechos, tal y como están ocurriendo, sino como quiere verlos y quisiera que pasaran.

Desde mi punto de vista, esa exposición de los candidatos presidenciales, hizo una contribución a ponerle un poco más de sazón a la campaña, sacándola un poco del tedio y aburrimiento en que se encuentra. Por lo menos motiva a los militantes de las organizaciones, a tener esperanzas y autoconvencerse de que todavía hay posibilidades de lograr sus propósitos.

Insisto en que más que un debate, esto fue una exposición de las ideas que tiene el oficialismo y la oposición sobre los temas de la agenda nacional. En este País sólo se han desarrollado dos debates reales, el que realizó el presidente Juan Bosch con Lautico García y la famosa confrontación después del gacetazo, entre Hatuey Decams y Vincho Castillo.

Ahora bien, hay que reconocer que el sólo hecho de Abinader tomar la decisión de participar en una exposición de ese tipo, con Leonel y Abel, refleja una gran seguridad y confianza. Esto partiendo que todas las encuestas lo colocan por encima de un 60%.

Un presidente en reelección y con una ventaja tan amplía, hay que admitir que ha creado un precedente, que ningún presidente anterior en esas circunstancias había tenido la valentía de realizar. Simplemente sólo tenía que decir que no iba a participar y ahí terminaba todo, como había ocurrido con anterioridad.

Abinader con esa decisión se casó con la gloria, rompiendo el criterio de que es un dictador en potencia, como en diversas ocasiones lo han tildado dirigentes de la oposición. Es innegable que al margen del partidarismo político, actuó como un verdadero demócrata, haciendo algo nuevo y diferente.

Entiendo que por esta razón,  Abinader es el gran favorecido de esta exposición o debate organizada por la Asociación de Jóvenes Empresarios. Su imagen crece y nos lleva un aliento de que al margen de los resultados electorales, seguirá siendo un impulsor de la democracia en nuestro País.

Por eso soy de opinión, de que nadie ganó el debate, porque lo que hubo fue una exposición de ideas sobre la visión de cada candidato sobre los temas nacionales. Para cada parcela política su candidato fue el gran ganador, porque así se lo manda su programación mental.

Hay que reconocer que Leonel como siempre lució impecable en la exposición de sus ideas y Abel tuvo un desenvolvimiento que sobrepasó las expectativas. Ambos quedaron muy bien y reflejaron dominio de los temas de la agenda nacional.

Ahora bien, lo que si creo es que el más favorecido de este debate o exposición, fue Luis Rodolfo Abinader Corona, porque rompió los esquemas de que un presidente no se expone y menos cuando tiene ese nivel de ventajas. Eso no sólo sus partidarios, sino la población independiente lo valorará como algo positivo y favorable al sistema de partidos y la democracia en la República Dominicana.

Redacción

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