“Si quieres ir rápido, ve solo. Si quieres llegar lejos, ve acompañado”.
PROVERBIO AFRICANO.
PUENTE DE UNIÓN Y NO BARRERA DE SEPARACIÓN.
En una aldea muy remota en los confines de África, vivían dos mendigos, una ciego y otro sin piernas, los cuales se dedicaban a pedir limosna para poder sustentar a sus familias. Muy cerca de ellos habitaba un niño muy inteligente, que había logrado hacerse muy amigo de ambos.
La disputa entre los dos mendigos era diaria y permanente por ocupar el mejor lugar para pedir limosna. No se hablaban y por momentos llegaban no solo a la agresión verbal, sino a niveles de violencia que se acercaba a lo físico.
El niño siempre intervenía, tratando de buscar algún tipo de entendimiento entre ambos, pero sus esfuerzos siempre fracasaban, ya que los miembros de la aldea se habían dividido en dos grupos, uno a favor del ciego y otro del manco. La intervención de los vecinos, en vez de ayudar a su reconciliación, contribuía a una mayor separación de los contrincantes.
En una ocasión donde ambos estaban posicionados en un bosque debajo de un árbol, esperando que los transeúntes pasaran para llegar a la parroquia. De manera repentina comenzó un incendio, que fue creciendo y ponía en peligro la vida de los dos mendigos.
Al ver sus vidas en peligro, se recuerdan de los consejos del niño, de la importancia de trabajar juntos y ahí comprendieron que si no dejaban atrás las diferencias, no lograrían salir de ese peligro. El manco entonces se monta en los hombros del ciego y mientras éste corría para salir del bosque, el manco lo iba guiando.
De esa manera los mendigos lograron salir con vida, ante lo que parecía una muerte inminente. Al estar a salvo se encuentran con el niño, que siempre les daba consejos de que debían hacer las paces y trabajar sin odios ni rencores, con respeto y en paz. Ambos abrazan al niño y le dan las gracias, por haberle sobado la vida.
ENSEÑANZA:
Este relato nos muestra un significativo mensaje sobre la importancia de la unión como prioridad ante la separación. Hay que escuchar activamente, ser empático, encontrar puntos en común y construir un diálogo constructivo, buscar soluciones que satisfagan todas las partes y evitar la escalada del conflicto.
En cambio, cuando prima el criterio de la separación, entonces queremos imponer nuestro criterio, primando la acusación mutua o la búsqueda de lograr una victoria a cualquier precio. Esto no lleva a nada favorable, ya que todos pierden en el desgaste de un conflicto, porque al final solo la búsqueda de soluciones conjuntas benefician a todos.
En cualquier confrontación es vital ponerse en el lugar de ambas partes para poder actuar con una visión objetiva e imparcial, sino lo hacemos estaríamos echándole combustible al fuego. Cuando intervenimos motivados por las emociones, no ayudamos, sino que nos hacemos parte al conflicto y por ende contribuimos a hacerlo más grande.
En los tiempos modernos la resolución alternativa de conflictos es lo más apropiado, lo cual es un espacio para impedir que los problemas crezcan y se judicialicen. Lo que se pueda resolver a través del diálogo y el consenso siempre será la más correcto, aunque en situaciones y quizás con buenas intenciones, algunas personas contribuyen a todo lo contrario.
Cuando personas de la misma comunidad, como el manco y el ciego entran en una lucha desgastadora, no es correcto ni justo hacerse parte de esas diferencias, ya que por ignorancia o por simplemente hacerse gracioso, su participación sería negativa y perniciosa.
En la vida todo tiene un punto de avenencia, sólo hay que buscarlo sin agitar ni promover el odio entre las partes, y ya verán que en su momento aparecerá el punto común, que satisfaga a todos los intervinientes. PARA ESO DEBE PRIMAR EL AMOR SOBRE EL ODIO, LA SOBERBIA Y LOS RESENTIMIENTOS.
CREO FIRMEMENTE EN BUSCAR PUENTES DE UNIÓN Y NO EN CREAR BARRERAS DE SEPARACIÓN.