Aunque estamos acostumbrados a las acciones violentas, populistas y anarquistas, protagonizadas por el diputado Pedro Botello, hacerlo un 27 de febrero, frente al congreso nacional, es algo inaceptable y que debe ser repudiado por toda la sociedad.
En la historia de nuestra nación, al margen de las diferencias políticas, todos los sectores han respetados la solemnidad de esta fecha, donde el presidente del País, debe rendir cuenta de sus acciones ante el pueblo dominicano.
Pero lo más deleznable, es que el responsable de organizar esa turba desconocedora de los valores patrios, es organizada por un diputado. Un miembro de nuestro congreso, que debe inclinarse reverente ante la solemnidad de una fecha sagrada.
Las diferencias políticas, jamás deben sobrepasar ciertos límites, porque nuestra patria está por encima de cualquier interés personal o sectorial.
Esperamos que acciones como estas, jamás vuelvan a repetirse. Ante todos somos dominicanos, amantes de nuestra patria y seguidores del ejemplo de nuestros padres fundadores.