La hiperempatía es una condición psicológica en la que un ser humano experimenta niveles excepcionalmente altos de empatía. Llegando a percibir y sentir con una intensidad fuera de lo común, las emociones ajenas, como si fueran propias.
Esta condición podría considerarse en don, pero si no se maneja con conciencia y autocuidado, puede convertirse en una terrible carga emocional, al punto que pueden involucrarse en cuestiones ajenas, descuidando sus propias necesidades. Esto ocurre cuando no le es posible decir que NO y establecer límites, lo que las hace propensa a la fatiga emocional, así como a sentir fuertes dolores de cabeza y físicos.
Aunque la DSM-5, no la ha considerado como un trastorno mental, podemos decir que sus consecuencias podrían llevar a estados emocionales negativos. Cuando esta condición se hace crónica, produce altos niveles de ansiedad, depresión y serios transtornos del sueño.
El origen de la hiperempatía puede ser genético o neurobiológico y ambiental. Algunos estudios han identificado variaciones de genes relacionados con la oxitocina(hormona del vínculo emocional). Además, a nivel cerebral las personas con esta condición, pueden presentar mayor actividad en regiones como la región anterior y la corteza cingulada anterior, áreas vinculadas en el pensamiento del dolor y la emoción ajena.
También se establece que puede tener su origen en el entorno, como haber crecido en un hogar disfuncional, caótico o traumático, provocando que un niño desarrolle una forma extrema de empatía como mecanismo de supervivencia emocional. Por ejemplo, un niño que viva con un padre violento, deprimido, abusivo o ausente puede aprender a leer el estado emocional del adulto para anticiparse y protegerse.
Esa hipervigilancia desarrollada por el niño, en la vida adulta puede convertirse en una hiperempatía. Aunque según los estudios, ambos factores pueden coexistir, haciendo que una persona genéticamente sensible, sea aún más vulnerable a los efectos de un entorno disfuncional.
Las personas con este nivel de sensibilidad, tienden a ser protectoras y atentas a las necesidades emocionales de sus seres queridos, llegando a tener tanto foco en los demás, que en ocasiones se olvidan de sí misma, al punto de relegar sus propias emociones, deseos o límites para evitar el malestar de otros.
Los hiperempáticos pueden sentirse responsables del equilibrio de toda la familia y entorno, lo que los puede llevar al agotamiento, ansiedad o sensación de estar desbordados, lo cual se intensifica cuando tiene que lidiar con vinculados conflictivos o emocionalmente demandantes. Esas personas pueden aprovechar su vulnerabilidad, culpabilizándolos o exigiéndoles más de lo justo y apropiado.
Una de las circunstancias más difíciles para las personas que ese nivel de empatía, es que tienen serios problemas en decir que NO, incluso cuando no están de acuerdo con algo, saben que no es correcto o que les hace daño e incomoda. Actuando de esa manera, por temor a herir o decepcionar a personas relacionadas.
La mayoría de personas con esta condición, se dedican a estudiar medicina, educación, psicología, trabajo social o simplemente a ser artistas. Por lo general a cualquier otra área que se inclinen, van a tener graves problemas para salir adelante, principalmente si lo hacen hacia la política.
Las personas hiperimpáticas son seres humanos con gran nobleza, hermosos por dentro, con un corazón de oro, pero vulnerables a un mundo que marcha en otra dirección. Por eso es vital que aprendan a validar sus propias emociones, a poner límites claros sin sentirse culpables y a aceptar que aunque quieran, no pueden salvar ni cargar con todos.
Los seres humanos súper sensibles, si aprenden a protegerse emocionalmente, pueden llevar una vida feliz y tranquila, al lado de quienes realmente lo comprenden, lo quieren y jamás se aprovecharían de esa condición especial que los adorna.
A LOS HIPERIMPÁTICOS SIMPLEMENTE DEBEMOS PROTEGERLOS, AUNQUE EN ALGUNOS MOMENTOS NO LO ENTIENDAN.