El elefante blanco.

Luis Estrella (Fuente Externa)

En un pequeño poblado cerca del Himalaya, vivía una persona que siempre quería llamar la atención, sin importar lo que estuviera que hacer para lograr sus propósitos.

     

En una ocasión se corrió el rumor de que en algún lugar del bosque, existía un pequeño manantial, que quien se bañaba en él y tomaba de sus aguas, se haría inmortal y reinaría sobre todos sus compueblanos.

         

La ambición se apoderó del personaje y de inmediato, realizó los preparativos para el viaje. Para llegar al lugar era necesario pasar por un estrecho camino de varios kilómetros, el cual estaba situado entre dos precipicios.

         

Cuando iba por mitad del trayecto se encontró con una pequeña piedra, la observó con indiferencia y siguió su camino, sin darle ninguna importancia a tan diminuto objeto. Un poco más adelante y ya estando cerca de donde estaba el supuesto manantial, se encontró con un gran elefante blanco que cubría totalmente el camino.

           

Ante el obstáculo inesperado el buscador de la gloria, no tuvo más remedio que dar marcha atrás y regresar triste y derrotado a su pueblo. Desde ese día sólo se dedicó a hablar del elefante, ese era su único tema, convirtiéndose en un ser iracundo y resentido. 

         

Un joven de la Aldea decidió ir a ver el elefante, para entender porque le producía tanto dolor y sufrimiento a esa persona del pueblo. Cuando iba por el camino, se encontró con la piedra que había ignorado el visitante frustrado y cuando la tomó en sus manos, pudo notar que se trataba de hermoso y gran diamante.

       

Con gran alegría el joven siguió su camino y llegó al manantial, sin encontrar en el camino al famoso elefante. Y cuenta la leyenda, que el joven con la venta del diamante se hizo muy rico, construyó una casa cerca del arroyo y disfrutó de su hermosura por el resto de su vida.

       

Estos relatos budistas en verdad que me fascinan, porque de ellos se desprende tanta sabiduría, que cualquiera de ellos puede hacernos cambiar nuestra visión de la vida.

     

Este relato por ejemplo nos muestra que es preferible tener una flor en las manos, que soñar con un mágico jardín en el horizonte. Además, expresa que es más importante disfrutar el trayecto, con todo los que nos pueda deleitar, que sólo centrarnos en la ambición de llegar al objetivo.

       

Al mismo tiempo, esta fábula nos enseña que cuando la mente se obnubila y obsesiona con algo o alguien, lo eleva a un nivel tan alto, que lo convierte en su elefante blanco. 

Por Luis Estrella

Redacción

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