Sobre el filósofo Inmanuel Kant.
Kant nació en Konigsbert en 1724 y murió en 1984, fue un pensador prusiano autor del sistema filosófico conocido como idealismo trascendental o criticismo. Es considerado el filósofo más importante, después de los antiguos filósofos griegos.
Entre sus frases más populares están: “El sabio puede cambiar de opinión. El necio nunca”.”Con las piedras que los críticos te lanzan, bien puedes elegir un monumento”. “Los hombres celan por amor, las mujeres también, aunque no amen”.
El filósofo Kant se caracterizaba por ser extremadamente rígido en cuanto a su rutina diaria. Todo estaba programado por horas, por lo que su sirviente debía decirle, por ejemplo son las 1 pm cuando fuera a comer, o las 3 pm cuando fuera a tomar alguna merienda.
En la mañana debía levantarse a las 5 am, por lo que el sirviente tenía que levantarlo, aún fuera en contra de su voluntad, el cual estaba autorizado por el mismo Kant, a tirarlo al suelo y golpearlo si se resistía a levantarse.
En una ocasión cuando iba a dar una cátedra a la universidad, se le quedó un zapato en el barro, el cual dejó ya que no podía perder unos segundos y llegar tarde a clase, ya que su reloj estaba programado con el de los estudiantes.
Cuando estos vieron que le faltaba un zapato le preguntaron que había pasado, a lo que le respondió que se había quedado atascado en el barro y que si se detenía a sacarlo, llegaría tarde. Les dijo que cuando saliera lo pasaría a buscar porque nadie se interesaría por robarse un solo zapato.
En otra ocasión hizo una gravedad tan fuerte, que los doctores no le aseguraban que viviera, pero no le encontraban nada, por lo que el misterio era que moría sin estar enfermo. En eso llegó un amigo que lo conocía de siempre y notó que al lado de su casa se habían mudado unas personas.
Cuando miró por la ventana se dio cuenta que unos arbustos que estos había dejado crecer estaban tapado la vista desde la habitación de Kant. De inmediato hablaron con los vecinos, estos cortaron las ramas que obstaculizaban la vista y Kant de inmediato volvió a la normalidad, como si nada hubiera pasado.
El asunto es que tenía una hora exacta para observar desde la ventana el paisaje. Esa era la enfermedad que tuvo al matarlo.
La enseñanza que nos da Kant es que en la vida no se puede ser tan metódico, rutinario,
esquemático y rígido. La vida hay que dejarla fluir, disfrutar el momento con sus características, sin aferrarse a rutinas preconcebidas.
De Kant tenemos mucho que aprender, aparte de sus aportes filosóficos, también lo negativo de ser un perfeccionista cuadriculado y psicorrígido.