Alianza PLD-FP: un pacto obligado y sin proyecciones a largo alcance.

Luis Estrella (Fuente Externa)

Todo indica que una alianza, pacto, entendimiento o acuerdo entre el PLD y la FP, a nivel municipal y congresual estaría en movimiento de manera acelerada para darse a conocer al país próximamente.

Ese acuerdo se materializaría de manera parcial, ya que en él no estarían envueltas las demarcaciones da mayor peso electoral, como es el Distrito, Santo Domingo Este, Santiago y otras urbes cabeceras de provincias. 

Por las características del acuerdo podemos colegir, que es el resultado de una necesidad obligada y no el fruto de un reencuentro real de sus dos lideres. La presión de los candidatos por la supervivencia, se ha impuesto, doblegando con ello algunas voluntades y obligando a replegarse fuertes resentimientos.

Desde mi punto de vista para que una alianza PLD-FP tenga un alcance y proyección que genere la motivación esperada por sus militancias para llegar al poder, sería obligatorio que se desarrollara sobre la base de un proceso evaluativo, crítico y autocrítico, no simplemente coyuntural para obtener algunas posiciones electivas.

 Si existiera una actitud sincera en ese acuerdo, se realizaría de manera total, poniendo sobre la mesa las razones que provocaron la separación y división entre ellos. Lo cual no es tan difícil porque en una consulta interna de ambas organizaciones se puede determinar cuál de sus candidatos presidenciales está en mejores condiciones para enfrentar al oficialismo.

 Aunque con este pacto quieran obviarse las causas que provocaron la división y posterior salida del poder del PLD, este acuerdo no bastará para convencer sobre ese tema a la opinión pública. Todavía son muy recientes las acusaciones mutuas sobre quién fue el responsable de la división y derrota electoral de mayo del 2020.

En esa ocasión y hasta meses recientes, el PLD acusaba a Leonel de ser el verdugo del PLD con su alianza con el PRM para sacarlos del poder. Recordándole a diario a los que se marcharon, por los medios de comunicación y las redes, el famoso discurso de Leonel, donde lanzaba el grito de guerra, de que “E pa fuera que van”. Los peledeistas insistían en que Leonel fue el responsable de que sus militantes quedaran sin trabajo para el sustento de sus familias.

En cambio Leonel y la FP, centraban sus ataques, argumentando que Danilo y la cúpula del PLD usaron los recursos del Estado, como mecanismos ilícitos que le permitieron hacer un gran fraude electoral en las primarias que eligió a Gonzalo como candidato. Leonel y la FP llamaban al PLD “el viejo partido encabezado por una cúpula corrupta.”, que ya había cumplido su rol histórico. 

Bajo este lema Leonel y la FP comenzaron una labor de captación de peledeistas, que los llevó de sacar un 8% en las elecciones del 2020, a superar en algunas ocasiones el umbral del 30%. Provocando con esto una notable disminución del PLD y su candidato.

Con esta alianza obligada, ambas organizaciones se desmienten, porque no es posible realizar un acuerdo electoral con quien hasta hace días era sinónimo de deslealtad y traición. Por lo que cualquier tipo de entendimiento, debería realizarse de cara al sol, cada quien admitiendo que estaba equivocado y que esos argumentos usados eran fruto de una coyuntura que los llevó a actuar con la cabeza caliente y de manera injusta. Pero que en esencia significan lo mismo, por tener la misma procedencia y sustentarse en iguales postulados e idénticos valores.

Esos argumentos esgrimidos de manera reiterada después de la derrota del 2020, no pueden desaparecer de la noche a la mañana, a menos que se realice un mea culpa, una autocrítica sincera, que los lleve a un reencuentro basado en el honor y los principios. De esa manera la alianza seria total y provocaría una esperanza auténtica de que ambos vuelvan al poder. Además eso podría atraer a miles de dirigentes del PLD que se retiraron de esa entidad, por ésta no actuar de manera trasparente en relación a las causas que provocaron la división y derrota electoral del 2020.

Un pacto para obtener algunos alcaldes, directores de distritos, diputados y algún Senador no tiene ninguna implicación para influir en las elecciones presidenciales. Porque cuáles han sido los resultados con los cargos electivos que lograron en el  2020?, simplemente que una parte significativa haya cruzado la línea de otra entidad, lo cual si el PRM retiene el poder, se repetirá de nuevo y posiblemente con mayor rapidez y amplitud.

 El mejor ejemplo de que no existen las intenciones políticas esperadas por las bases de ambas organizaciones, es el no acuerdo en los mayores centros de votaciones. Esto es porque tanto el PLD como la FP, saben que estas demarcaciones son determinantes en los resultados presidenciales y no van a fortalecer a su adversario en la lucha por el segundo lugar.

Este pacto no disminuye la rivalidad del PLD y la FP, ya que ambos aspiran a lo mismo, quedar en segundo lugar en la primera vuelta, por lo que jugar al papel de aliado y rival al mismo tiempo es una ficción. Ambos jugarán al manejo, las trampas y los engaños enseñarán sus rostros sin control, fingiendo apoyos que sólo estarán en el papel, pero no en el corazón de quienes quieren en el fondo que el otro sea más débil, para poder ganar su demarcación en la presidencial.

Como he establecido en este artículo, la única manera posible de lograr que ambas organizaciones se entreguen de manera firme, entusiasta y militante a una alianza, es si esta es total, abarcando lo presidencial. De lo contrario eso sólo motivará a los candidatos, no así a la militancia, ya que existe el precedente de que cualquier funcionario electo, en el momento menos esperado puede caer en las redes del poder.

De verdad y sin ánimo de llevar la contraria, entiendo que está alianza sin una declaración de entendimiento, que abarque un programa mínimo de trabajo, compromisos y con sentido autocrítico, es algo que causará un impacto muy limitado. Los cargos electivos no son la esperanza de la militancia de ambas organizaciones, sino retomar el poder, lo cual sólo tiene algún nivel de posibilidad si es total, sustentada en un reencuentro de una familia que se separó por decisión única y exclusiva de sus autoridades partidarias.

 Todo lo podemos resumir en que con un pacto parcial, para el PLD-FP, la lucha principal seguirá siendo entre ellos por el segundo lugar, porque ambos están claros, en que ante una eventual victoria de uno de ellos, conllevaría la disminución y cuasi desaparición como fuerza política de primer orden del escenario político nacional.                    
Los líderes de ambas fuerzas políticas, están conminados a realizar un reencuentro de corazón, dejando atrás los rencores y resentimientos del pasado, para brindarles a sus seguidores una real posibilidad de llegar al poder.  

Mientras eso ocurre, Luis Abinader prepara sus tropas para lograr una victoria en primera vuelta, lo cual no podrá ser detenido por una alianza obligada de la oposición, sin objetivos claros a largo plazo y que tenga como eje central la presidencia.

A Luis sólo lo pondría en dificultad para lograr su objetivo, si las cabezas de la oposición deponen sus apetencias particulares y deciden reunificar el viejo PLD, convirtiéndolo en la otrora maquinaria electoral. Esa maquinaria unificada totalmente con un candidato presidencial desde ya, podría generar motivación y esperanza en una familia dividida, separada y sin una visión definida de hacia dónde se dirige.

Aunque estamos  ante una oposición que no ha manifestado con hechos, tener la actitud de casarse con la gloria, en beneficio de su militancia y seguidores, sino que ha optado por el camino más fácil, que consiste en una alianza obligada, sin visión, ni propósitos a largo alcance, que ofrece un simple paliativo coyuntural, pero no una real esperanza de poder.

Redacción

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