La credibilidad de las firmas encuestadoras

(Fuente externa)

Todo el que tiene alguna experiencia en relación a las mediciones que hacen las diversas firmas encuestadoras, sabe que todas sin excepción juegan con los números, entre lo que consideran el margen de error.

Antes del año a celebrarse las elecciones, el margen es mayor, el cual van ajustando en la medida que se acerca el certamen electoral. Las firmas de mayor credibilidad no se resbalan mucho y sólo manejan esos números hasta el punto, que al ajustarlos no vaya a ser demasiado desproporcionado y genere alguna falta de confianza en el electorado.

También hay firmas encuestadoras que sólo se manejan por cuestiones de intereses políticos y económicos, que ofrecen unos resultados que rayan en la ridiculez. Desde que eso ocurre pierden la credibilidad, porque aquí todos los sectores hacen sus propias mediciones y saben por dónde andan los números reales.

Las últimas mediciones de algunas firmas, como la Gallup, Mark Penn, ACD y RD elige nos indican que todavía están en la fase de ajustes. Esto lo podrán mantener por varios meses, pero en la medida que se acercan las elecciones, deben comenzar a dar los números reales y dejar de manejarse dentro del margen de error.

Por ejemplo y para ilustrar sobre el tema, la Gallup otorga a Luis un 48%, a Leonel un 26% y an Abel un 18%. La Mark Penn unos días después, otorga a Luis un 47%, a Leonel un 32% y an Abel un 19%. La ACD, a Luis un 50%, a Leonel un 28% y a Abel un 13% y la RD elige, a Luis un 47%, a Leonel un 27% y a Abel un 21%.

Al analizar estas encuestas notamos que los números de Luis están dentro del margen de error, los de Leonel en la Gallup y RD elige sobrepasan el margen de error, llegando a un 5 y 6 % de diferencia de la Mark Penn y la ACD.  Los de Abel están dentro del margen de error en la Gallup Mark Penn y RD elige, en cambio en la ACD la diferencia está entre 6 y 8 puntos de las demás.

Esas firmas cuando vuelvan a medir tendrán que ajustarse más a la realidad, dejando de jugar con los indecisos, los que dicen que no van a votar y con el temor de tocar algún interés que por el momento entiendan no le favorece. Pero como su credibilidad está en juego y saben que hay decenas de mediciones privadas, de empresarios, la embajada y los partidos, por obligación su maniobra con los resultados debe reducirse a la mínima expresión.

Hay que entender que hay un compromiso con el sistema de partidos de toda la sociedad, pero ya está llegando el momento donde no es posible seguir protegiendo esa situación. Seguir haciéndolo entonces pondría en juego la credibilidad de las firmas encuestadoras que todavía generan alguna confianza.

Cuando entre firmas encuestadoras la diferencia está dentro del margen de error es aceptable, cuando está entre 4 y 6 puntos ya es preocupante y cuando pasa de ahí, sencillamente hay un manejo deliberado de engañar al electorado, creando una percepción falsa de la realidad. 

Esperamos que las próximas mediciones reflejen la realidad, sino a un 100%, por lo menos a un 98%. A partir de ahí que cada ciudadano tome su decisión, sin estar confundidos por la distorsión que propician las instituciones en quienes confían en relación al tema de las simpatías electorales.

Redacción

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