“La perfección de carácter es vivir cada día como si fuese el último, sin agitación, sin apatía, sin pretensiones”
MARCOS AURELIO.
MENSAJE DE UN ESTOICO A LA HUMANIDAD.
Lo que les dirían Séneca, Marcos Aurelio o Epicteto, desde su visión estoica, a la humanidad actual.
Vivís en una era de a abundancia y velocidad, donde casi todo está al alcance de un dedo, pero rara vez os sentís en paz. Os rodean las comodidades, aunque teméis a la incomodidad más leve. Poseéis más que ningún otro pueblo antes, y sin embargo sentís que os falta todo.
Escribimos esta carta desde nuestra visión estoica, no como una reprimenda, sino para recordarle lo mucho que han olvidado: que la serenidad y la libertad no vienen de fuera, sino del alma que sabe gobernarse a sí misma.
Decís que el mundo está convulso, y es cierto. Las guerras, las divisiones, las crisis, los excesos y el temor hacia el futuro golpean sus puertas. Pero en realidad no es el mundo el que os perturba, sino el juicio que hacéis sobre él, ya que las circunstancias cambian, como las estaciones, pero la mente puede aprender a permanecer firme como lo hace el roble ante el viento.
Si queréis seguridad no la busquéis en gobiernos ni posesiones, sino en la fortaleza de su carácter. Si queréis paz, no la busques en el silencio externo, sino en el dominio de vuestras pasiones. Si queréis libertad, no esperáis que otros os la den, hay que elegir ser libre del miedo, de la codicia, del resentimiento, porque nadie puede encarcelar un alma que se rige por la razón y la virtud.

Cada mañana que despertáis, el destino os ha concedido un día más, por lo que no podéis malgastar esas horas en quejarse, en compararse, en huir del dolor o perseguir placeres efímeros. No podéis confundir el ruido con la vida, ni la comodidad con la plenitud.
Le teméis a la muerte como si fuera el peor de los males, aunque lo que debería preocuparlos no es morir, sino el haber vivido sin sentido, sin haber conocido quienes son, sin haber amado con pureza, ni haber SERVIDO AL BIEN COMÚN. La muerte llega una sola vez, pero el miedo a ella os mata cada día.
Debéis amar el destino, aunque venga con dolor, aprendiendo de la pérdida, del fracaso, de la enfermedad, ya que las cosas pasan como deben, no como queréis. Todo los que les ocurre, pasa para que florezcáis por dentro, porque el alma se templa en la adversidad como el acero en el fuego.
Tratéis de ser un ejemplo, no por la grandeza exterior, sino por la grandeza interior. En un mundo que grita, hay que responder con calma, en una era que corre, hay que caminar con paso firme, en una sociedad de consumo, debemos cultivar al alma.
Cuando os sentáis solos, hay que recordar que todo ser humano que lucha por ser mejor, ya está en compañía de los sabios. Nuestra vida debe estar enfocada hacia un propósito, sin jamás abandonar el camino. por lo que la muerte debe encontrarnos en paz, no por haber evitado la lucha, sino por haberla librado con respeto, con firmeza, con amor y sobre todo con HONOR.
Nosotros estoicos que vivimos hace más de 2 mil años, los invitamos a vivir basado en cuatro virtudes, que son la sabiduría, la justicia, el coraje y la templanza, que los llevará a vivir con serenidad interior, con responsabilidad ética, con libertad del alma, con claridad, propósito y dignidad.
Aunque desde otra época muy diferente, donde también hubo guerras y convulsiones, les exhortamos, a no querer controlar lo que no depende de ustedes, ya que eso solo produce dolor y sufrimiento. SOLO ES POSIBLE CONTROLAR LO QUE SALE DEL INTERIOR, JAMÁS LO QUE PROVIENE DEL EXTERIOR.