El próximo 19 de mayo marcará un hito crucial en la historia política de la República Dominicana, con la elección del presidente y vicepresidente, así como de senadores y diputados en cada provincia del país. Este proceso electoral no solo es un ejercicio de democracia, sino también una oportunidad para reflexionar sobre el papel de cada ciudadano en la construcción de un futuro próspero y justo para todos.
Uno de los puntos centrales que merece atención en este contexto es la importancia de tomar decisiones informadas y conscientes a la hora de ejercer el derecho al voto. Cada voto cuenta y tiene el poder de moldear el curso de nuestra nación. Es tiempo de considerar no solo las promesas y propuestas de los candidatos, sino también su trayectoria, valores y compromiso real con el bienestar colectivo.
En el ámbito político, es fundamental saber elegir nuestros enemigos. No se trata de enemistades personales, sino de discernir entre aquellos cuyas acciones y posturas representan un obstáculo para el progreso y aquellos que, a pesar de diferencias ideológicas, buscan el diálogo y la colaboración constructiva. Elegir enemigos por motivos irracionales o emocionales solo contribuye al estancamiento y la polarización, alejándonos de los verdaderos desafíos que enfrentamos como sociedad.
Vivir en base al positivismo y la objetividad es otro pilar fundamental en este contexto político. Esto implica mantener una visión clara y racional de la realidad, reconociendo los logros y desafíos de cada candidato de manera justa y lógica. Ser objetivos no significa ser indiferentes o conformistas, sino todo lo contrario: implica ser críticos pero constructivos, capaces de reconocer el mérito donde corresponde y señalar las áreas de mejora de manera propositiva.
Este período electoral nos invita a ser ciudadanos activos, responsables y conscientes de nuestro papel en la construcción de una sociedad más justa y próspera. Tomemos decisiones sabias, elijamos nuestras batallas con inteligencia y mantengamos una actitud positiva y objetiva frente a los desafíos políticos que enfrentamos. En nuestra capacidad de elegir y actuar de manera coherente y responsable reside el verdadero poder de transformación.
