Si las elecciones fueran hoy según la prestigiosa firma encuestadora Greenberg, entre los probables votantes, Luis Abinader obtendría un 49%, Leonel 29% y Abel un 17%.
En el voto por Región.
En la zona metropolitana, Abinader 43%, Leonel 38%, Abel 12%. En el norte, Abinader, 44%, Leonel 23%, Abel 30%. En el Este, Abinader 65%, Leonel 24%, Abel 7%. En el Sur, Abinader 45%, Leonel 30%, Abel 15%. En la Zona Central, Abinader 65%, Leonel 16%. Y Abel 20%.
Esta encuesta indica una gran posibilidad de una segunda vuelta, ya que cuando se le pregunta al electorado en sentido general, incluyendo los que no manifiestan interés en votar, Abinader sólo tiene un 44%, Leonel sigue con su 29% y Abel con el 18%.
Este dato indica que la abstención a quien favorece es a Abinader, ya que si hay una votación masiva sus números bajan un 5%. Lo que expresa que el trabajo de la oposición será lograr que vote al mayor número de personas en las elecciones de mayo.
Estos datos de la Greenberg reflejan que el panorama electoral no está todavía definido, que cualquiera cosa puede pasar, ya que estamos a 6 meses de las elecciones y las municipales de febrero podrían variar el panorama electoral.
Hay otra pregunta que indica que los más ricos se sienten mejor, en sentido general un 51% expresa que se siente mejor y un 45% peor. Pero entre los que ganan menos de 150 mil pesos sólo un 46% se siente mejor y un 50% peor. Los que ganan más de 400 mil pesos, un 58% se siente mejor y un 36% peor.
Al preguntarle sobre a quien cree que favorece el crecimiento económico, un 81% entiende que a los de arriba y sólo un 6% a los más pobres.
Entre los más jóvenes, menores de 30 años, un 42% favorece a Abinader, un 35% a Leonel y un 21% a Abel, entre los que están entre 30-64 años, un 51% favorece a Abinader, un 28% a Leonel y un 15% a Abel, mientras que entre los mayores de 65 años, un 60% favorece a Abinader, un 20% a Leonel y un 12% a Abel.
Aunque la valoración de Abinader se mantiene por encima de un 60%, la impresión de la población hacia sus funcionarios no es buena, lo cual puede ir afectando al primer mandatario. La mayoría de funcionarios del actual gobierno manifiestan una actitud petulante, arrogante y de creerse que las instituciones son un feudo de su propiedad.
Esa actitud del funcionariado, incluyendo la policía y los amet, le está haciendo mucho daño al gobierno. No bajan de sus nubes y se han colocado por encima de la población simple y humilde. Ese es un punto que de manera urgente el oficialismo tendrá que resolver, para tener reales posibilidades de ganar en primera vuelta.
Otro tema y quizás el que más está afectando la consolidación de la simpatía de Abinader, es el sectarismo del PRM y su triunfalismo, que los lleva a maltratar y humillar, no sólo a sus bases, sino a un amplio segmento que se ha acercado al oficialismo, pero que en vez de tratarlo con dignidad, lo que hacen es tratarlo como advenedizos y allegados no deseados.
El PRM debe de manera urgente mejorar sus relaciones con un amplio sector que se ha alejado del PLD y la FP, por diversas razones, pero que por el trato desconsiderado, pueden comenzar a regresar a su antigua morada.
El oficialismo está cometiendo un grave error de interpretación, al creerse que con captar cabezas suman porcentajes, ya que eso puede no reflejarse en sus seguidores. Sino le prestan atención a ese tema, RescateRD se fortalecerá en detrimento del PRM.
Entre la Greenberg y el panorama electoral, los dirigentes del PRM han dejado sólo a Abinader, al estar concentrado en sus propios intereses. Ese sectarismo y triunfalismo, unido a la altanería de muchos funcionarios, puede abrir el camino a la celebración de una segunda vuelta electoral.
Y si ha esto le sumamos la inflación, el alto costo de la vida y la delincuencia en aumento, podemos decir que el horno no está para galletitas. Agregando además, la elección de un Tribunal Constitucional en el momento menos apropiado, que será tomado independientemente de los resultados, como una arma de campaña por la oposición
Finalmente, podemos decir que la Greenberg, debe de ser un llamado de alerta para el oficialismo y al mismo tiempo un suspiro de esperanza para la oposición.